27/8/13

Fragantes recuerdos

Al oler aquella fragancia me trasladé a mi más plena adolescencia. El mundo desapareció de mi alrededor en aquel momento y recordé aquellos buenos años en el instituto cuando, al rozar la piel del chico prohibido que me gustaba, sentía que me encontraba en el paraíso más absoluto: el tiempo se detenía y sólo percibía cómo su roce removía todas las células de mi organismo, nuestros poros encajando cual puzzle pasional cuyas piezas arden de deseo; un volcán que acecha al fruto prohibido hasta estallar y acabar con su propia existencia.

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