El café. A
priori, una simple bebida muy querida y consumida por todos, pero, ¿qué esconde
en realidad? El café es una ayuda para la vida, y no precisamente por sus
estimulantes. Es la excusa perfecta para charlar, para ver a alguien a quien
quieres, para estar también con alguien a quien no quieres tanto, para quedar
con quien te da vergüenza, para reír, para llorar. Para vivir, sí, y también
para sentir. Es el protagonista y el confidente de las conversaciones, el que
guarda los secretos, el que te desvela y despierta, quizás a veces demasiado.
Con el que estudias o te relajas, con el que disfrutas de un paisaje campestre
o urbano, con el que prolongas las comidas, con el que llenas de aroma tu
cocina, aquel que te hace recordar u olvidar un mal día. Variado en sabores y
tamaños, componente diario en los desayunos, tomado en invierno o en verano.
Basta con algo de suelto, idóneo para estos tiempos. Además, es internacional y
se pronuncia igual en francés, manteniendo la tilde hasta en inglés. Solo o
acompañado, nos llena de vida, a veces de mal humor, pero siempre te acompañará su sabor. Esto, amigos, es aquella sustancia que, tímidamente, da vueltas
dentro de la taza mientras la movéis. Acordaos siempre de ello; el café, simple
bebida a priori, esconde toda una vida a posteriori.
Veo que continuas despertando tu alma de "poetisa muerta". Espero tomar algún día un buen café contigo en la Universidad. Una bonita página con la que compartir bonitos momentos. Enhorabuena y sigue escribiendo...
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